El origen de la aromaterapia actual tiene sus raíces en las costumbres de antiguas civilizaciones. Ha quedado demostrado su uso en China, Oriente Medio, Egipto, así como en América. En Europa su introducción se debe al imperio romano.
La aromaterapia moderna se desarrolla a principios del siglo 20, cuando se investigan clínicamente los poderes curativos de los aceites esenciales.
Actualmente, la aromaterapia está considerada una medicina complementaria, que utiliza aceites esenciales de plantas aromáticas, hojas, flores, semillas, frutas y cortezas.
La aromaterapia actúa sobre el sentido del olfato, y origina una absorción de los componentes hacia el torrente sanguíneo. Aproximadamente un 15 por ciento del aire inhalado llega a los receptores olfativos que lo dirigen al cerebro.